Hay caprichos de amor, que una dama, no debe tener.



lunes, 16 de mayo de 2011



Usar una caja cilíndrica como musa en vez de a narciso extendiéndome la mano para entrar en su harem. Que ironía. Y eso que el aroma de aquella botella de vidrio, jamás a logrado despertar mi atención, mucho menos su contenido, lo mas importante. Deduciendo, quisiera volver visible lo invisible pero dejando de lado lo evidente, las palabras, corriendo tras la muchedumbre de argumentos fallidos tras una pregunta. Quiero volver lo audible a inaudible, el rocé a las miradas, la sonrisa a producirla. Saber que es lo que se encuentra al otro lado de las cosas, como un sistema a contra peso. Buscando un eje en común, aprisionando la perfección por lo que ya es. Realizar una receta donde lo único que importe sea la elaboración y no los ingredientes. Haciendo caso omiso al destino. Haciendo posible, lo que uno creía imposible.

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